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martes, 10 de diciembre de 2019

La estación de Radegast en Łódź (Polonia)




Hace algo más de cinco años, escribí una entrada sobre la Sinagoga Pinkas en Praga y el efecto que produjo en mí el ver los nombres de miles de judíos checos, asesinados en los campos de exterminio nazis y los dibujos repletos de monstruos malos que hicieron los niños recluidos en Auschwitz y que allí se exponen en una vitrina de la planta superior de la sinagoga.
Hace unos días hemos visitado Polonia, más concretamente Varsovia y Łódź. En esta última ciudad fuimos a visitar el cementerio judío que no pudimos ver porque estaba cerrado por el sabbat (error mío) y la estación de Radegast.
Esta estación, situada muy cerca del ghetto de la ciudad, el segundo más grande de Polonia, funciono solo durante la II Guerra Mundial y servia para centralizar los envíos de los judíos de la zona desde el gueto local a los campos de exterminio de Chelmno y Auschwitz. Entre el 16 de enero de 1942 hasta el 29 de agosto de 1944, desde esta estación 150.000 seres humanos fueron enviados a la muerte.
Desde el 2005, es posible encontrar un hermoso Memorial gratuito. Un pasillo oscuro que va iluminándose a medida que uno camina por él, una locomotora y unos vagones originales donados por Alemania, la antigua estación reconstruida y unas lápidas gigantes con los nombres de los dos campos de exterminio que he mencionado antes y cuatro campos de concentración.
En el pequeño museo que hay en el interior de la estación, se pueden ver las listas con los nombres de los judíos que embarcaban en los trenes camino de la muerte.
Mi opinión no se ha movido ni un solo milímetro de la expresada en esa entrada y es más: se ha reafirmado.
Me asombra que ciertas ideologías totalitarias estén aflorando en la actualidad, que los españoles no relacionen el franquismo con el nazismo y el fascismo, y que consideren que es beneficioso para el futuro de España.