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sábado, 25 de octubre de 2014

SINAGOGA PINKAS


 
La sinagoga Pinkas (1.535) forma parte del complejo de monumentos judíos de Praga. Está adosado al Cementerio Judío, una extensión encajonada entre los edificios del centro de la ciudad y donde no se entierra a nadie desde hace más de 200 años, el último fue Moses Beck en 1.787. Mientras paseo entre las tumbas observo las piedrecillas que los visitantes dejan sobre las lapidas, algunas con mensajes escritos en pedacitos de papel. Una de las tumbas principales es la del rabino Löw (1.520 – 1.609). Se le atribuían poderes mágicos, y según la leyenda creó una figura de arcilla, el Golem, a la que dio vida introduciéndole una piedra en la boca. Pero el Golem enloqueció, y el rabino, después de quitarle la piedra de la boca, lo ocultó en el ático de la sinagoga Staronova (1.270), la sinagoga gótica más antigua de Europa. Creó al Golem para protegen a los judíos de Praga, pero al enloquecer no pudo cumplir su misión. La sinagoga Pinkas en una pequeña muestra de hasta donde puede llegar la brutalidad y el horror. La totalidad de sus muros están repletos con los nombres de los judíos checos (bohemios y moravos) asesinados por los nazis. Miles y miles de nombres, hasta 80.000, familias enteras que de repente, ante mis ojos, dejan de ser abstractos, anónimos y pasan a ser reales y tangibles. La emoción me sobrepasa, intento leer nombres, fechas…, pero no puedo. En los pisos superiores veo los dibujos que los niños checos hicieron en Auschwitz-Birkenau: en ellos hay muchos dragones malos. No hay posibilidad de polémica porque no voy a entrar en ella. Algunos me diréis que los judíos tal o cual o que ahora hacen esto o aquello. Y por supuesto tenéis razón. Pero para mi no son judíos, son seres humanos, iguales a los palestinos, camboyanos, hutus y demás pueblos o individuos, que han sufrido, sufren o sufrirán los caprichos de la política, el racismo o la religión. Nunca visitaré Auschwitz-Birkenau. Sé muy bien lo que allí hay y lo que voy a ver. Esa visita no va a afianzar mis ideas, como no lo ha hecho este monumento. La sinagoga Pinkas me ha pillado por sorpresa, no lo esperaba, y me ha impresionado.

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