Ecuador:
las claves del milagro económico (Diagonalperiódico.net)
Blog: Economía para todos.
Por David Marty
Cuando
entró por primera vez en el escenario internacional como candidato en las
elecciones presidenciales del Ecuador en 2006, Rafael Correa prometía mucho. Su
campaña había consistido en desmarcarse claramente de la ideología neoliberal,
la cual había logrado que Ecuador, al igual que sus países vecinos, conociera
un crecimiento negativo (-14% de PIB!) durante el período 1980-2000, es decir
durante la era “dorada” del neoliberalismo latinoamericano. Con más del 56% de
votantes en la segunda ronda a su favor, Correa se convertiría en el 42º
presidente del país. Tras su reciente reelección en febrero de este año, con un
amplia mayoría de los votos (esta vez en la primera ronda y a más de 35 puntos
de su rival) y con seis años en el cargo, todo un recor en la historia política
del país, cabe preguntarse cuales fueron los determinantes del éxito político
de Rafael Correa, el presidente del Ecuador más popular de la historia moderna
del país.
En este
breve post intentaremos describir las políticas económicas y sociales de
Correa, sugiriendo que la popularidad del gobierno de Correa reside en la
implementación de su programa electoral, es decir principalmente una política
económica basada en el distanciamiento con la ortodoxia neoliberal. Esta
valoración se basa en la colecta de datos de todos los indicadores económicos y
sociales nacionales e internacionales: desde el banco central del Ecuador hasta
el Banco Mundial y el FMI hasta fuentes segundarias como los valiosos informes
del Center for Economic and Policy Research en Washington DC, EEUU. Este
describe cuales fueron las políticas de impulso económico y de reducción de la
pobreza pero hace especial hincapié en las reformas del sistema financiero y en
sus resultados.
El
reto de Rafael Correa
En el
tiempo de su mandato, Rafael Correa ha tenido que enfrentarse a una de las
peores crisis económicas de su historia. Para más dificultad, no pudo contar
con los clásicos instrumentos de políticas fiscales, habiendo adoptado el dólar
en el año 2000 y habiendo por lo tanto perdido su soberanía monetaria.
El primer
paso, y quizá el más importante, que dió el gobierno de Correa fue la reforma
de la Constitución adoptada con un amplía mayoría en septiembre del 2008.
Habiendo hecho campaña contra las políticas neoliberales -- herencia de los
años 80 de todos los países latinoamericanos -- y contra el poder excesivo de
una elite económica y política, Correa había prometido reformar la
constitución. La adopción de la nueva constitución por un alta mayoría de los
votantes (casi el 64%) dió lugar a nuevas elecciones que Correa nuevamente
ganaría, con su rival más cercano a más de 23 puntos de distancia. El gobierno
nuevamente elegido dispondría entonces de un amplio margen de maniobra política
para implementar su programa de campaña.
La
transformación radical del modelo productivo ecuatoriano
Rafael
Correa es economista del desarrollo y se nota. Este dato es importante para comprender
sus políticas. Sus afinidades le alejan de las teorías neoliberales, para las
cuales latinoamérica fue (y sigue siendo para algunos países como Méjico) un
campo experimental a gran escala con resultados a menudo catastróficos. El
modelo de crecimiento por el que está apostando Correa en la actualidad es el
de mercados financieros regulados, el de una política económica que favorece y
protege la industria nacional y el empleo, el de un crecimiento impulsado por
los salarios (el modelo llamado "wage-led growth"). Esta filosofía
política y económica, basada en haber observado y estudiado el modelo de
crecimiento de los países más industrializados cuando estaban en su fase de
desarrollo, implica un estado del bienestar desarrollado que, al estilo de los países
escandinavos, redistribuye las riquezas y creando una demanda fuerte y estable
en el largo plazo. El modelo impulsado por el gobierno de Correa tiene también
como objetivo la reducción de las desigualdades, permitiendo no solamente una
democracia de facto -- donde cada ciudadano dispone de un derecho a votar pero
donde el poder decisional está en manos de una minoría privilegiada -- sino
también una democracia formal.
Para
Rafael Correa, afín al pensamiento del economista del desarrollo Ha Joon Chang
de Cambridge y de otros historiadores clásicos como Friedrich List (17--,18--),
la ideología del libre comercio solo es una política que aventaja solamente a
quienes son líderes en competitividad pero que en su fase de desarrollo
siguieron políticas diametralmente opuestas al llamado libre comercio. No
existen excepciones en las historia de los países ricos: ni Francia, EEUU, Gran
Bretaña, Alemania, Japón o Corea del Sur (la lista es mucho mayor) lograron
desarrollarse sin intervenir en los mercados y sin planificar su economía, ya
sea más o menos democráticamente (Corea lo hizo en gran parte bajo una
dictadura militar). Dicho de otra manera, ningún país rico se hizo rico
siguiendo las tesis neoliberales.
Ecuador,
junto con el resto del continente latinoamericano, se sometió a las políticas
neoliberales durante los años ochenta y noventa con resultados catastróficos.
Pero la situación hoy ha cambiado. Tanto la política económica como las
respuestas a la crisis son el antítesis del neoliberalismo. Es como si el
gobierno de Correa hubiera decidido coger todas las prescripciones neoliberales
una a una y decidido hacer justo lo contrario.
El
nacimiento del Estado del Bienestar en Ecuador
Puede que
sorprenda que se hable de ‘nacimiento’ del Estado del Bienestar en Ecuador
cuando ya existían estructuras que garantizaban ciertos servicios y ciertas
ayudas a los más necesitados. Pero dado el deterioro en el que se encontraba
Ecuador antes de la llegada de Rafael Correa en diversos aspectos como el gasto
público en educación, sanidad, y su posición en el ranking mundial en cuanto a
desigualdad y pobreza, difícilmente se podía hablar de un estado del bienestar.
La
educación
Frente al
reto de mejorar y cambiar el tejido industrial y el modelo productivo del país,
invertir en la educación ha constituido uno de los focos de la política del
nuevo gobierno. Con el Plan Decenal de Educación 2006-2015 (plan que impulsó el
anterior gobierno del cual formó parte el actual presidente) se incrementó
sustancialmente el gasto en educación. De un 2.6% del PIB en 2003 (muy por
debajo de la media de 4.6% para países de niveles similares de ingresos) se ha
logrado duplicar el gasto y superar la media con un 5.2% de PIB en 2011. Se
calcula que este año se alcanzará el objetivo del 6% del PIB en gastos en
educación. Esta transformación en el sistema público de educación será sin duda
un recurso muy valioso a la hora de contratar mano de obra cualificada para las
industrias pertenecientes al nuevo modelo productivo. Según la previsiones del propio
gobierno, se prevé que en el año 2014 el Ecuador exportará por primera vez
servicios, marcando así su entrada en un mercado reservado habitualmente a los
países más industrializados, y aunque seguramente necesite al principio
contratar mano de obra extranjera para satisfacer su demanda laboral, la
importante inversión en la educación debería permitir en un futuro cercano
abastecer ésta con nacionales.
La
sanidad
Resulta
difícil medir el éxito de lo que se invierte en la salud de un país. El
problema, evidentemente, reside en el tiempo necesario para observar los
efectos de cualquier cambio en la salud y en la mortalidad de sus habitantes.
Sin embargo, una de las medidas comúnmente empleadas por los economistas cuando
no se tienen datos a largo plazo es el de la mortalidad infantil, sobretodo
para países subdesarrollados que disponen, como ha sido el caso con Ecuador, de
un margen de progresión importante en este ámbito. En el 2006, año previo a la
llegada de Correa a la presidencia, la mortalidad infantil era elevada incluso
en comparación con países de ingresos similares.
A partir
de 2007 Ecuador invierte en la sanidad pasando del 1.2% del PIB al 1.9% de
gasto y sin rebajarlo cuando el país empezó a sufrir de pleno la crisis en 2009
(es decir lo contrario, por ejemplo, de lo que se nos impone en España). El
resultado más inmediato fue una reducción de la mortalidad infantil y de los
menores de 5 años, situándose muy por debajo de la media para países con
niveles similares de ingresos (o de PIB per capita, es lo mismo). Este progreso
se debe sobretodo, además de un acceso ampliado a la sanidad gratuita para los
más pobres, a los programas de vacunación infantil y a una política de
acercamiento de los ciudadanos elegibles a dichos cuidados.
Lucha
contra la pobreza
El pilar
central de la lucha contra la pobreza es el llamado Bono de Desarrollo Humano.
Se trata de un subsidio destinado a las personas más pobres. La parte de la
población más vulnerable, en mayoría jóvenes madres y personas mayores, se
benefició de este subsidio ($50/mes) y contribuyó a reducir la pobreza
drásticamente, y todo a pesar de la crisis financiera que redujo en 2009 el
volumen de las remesas (en proveniencia de España y EEUU principalmente) y de
las que muchas familias pobres dependían. Tras superar la recesión -- que duró
solamente tres trimestres en Ecuador -- la pobreza retrocedió hasta niveles
históricos, de un 37.6% de la población en 2006 al 28.6% en 2011. No disponemos
de datos para el año 2012 pero es muy probable, dada la constancia en la
evolución de los indicadores, que se confirme esta tendencia para el periodo
2012-2013.
El
empleo
El
desempleo se encuentra en la actualidad en un 4.9%, uno de sus bajos récords
históricos. El uso de los recursos naturales de Ecuador (es un gran país
exportador de petróleo) para lograr la transformación del modelo productivo
llevó el gobierno a aumentar enormente su gasto (al igual que sus ingresos)
fuera del sector de la educación, la salud y la lucha contra la pobreza.
Ecuador ha invertido sumas muy importantes en infraestructuras (redes de
transporte de todo tipo, principalmente carreteras), permitiendo mantener en
todo momento, incluso en periodo de crisis en el año 2009, una demanda laboral
importante.
La
política de redistribución de las riquezas también ha contribuido al empleo,
manteniendo una demanda doméstica al alza para los productos domésticos y
llevando las industrias nacionales, nuevas y tradicionales, a contratar cada
vez más mano de obra. Esta es una implementación de la filosofía económica
‘escandinava’ del presidente, es decir la de un crecimiento basado en una
fuerte demanda, o lo que es lo mismo, un crecimiento basado en los salarios (el
modelo llamado “wage-led growth” en inglés).
La
crisis financiera en Ecuador
Ecuador
siempre sufrió de los males típicos de las naciones latinoamericanas sobretodo
a partir de los años 80. A pesar de una riqueza de recursos incomparable
Ecuador sufrió de un progreso económico famélico, una fuerte inestabilidad gubernamental
(7 presidentes de 1996 a 2006 hasta que llegó Correa al poder), altos niveles
de pobreza, desempleo y desigualdad. Y si bien el nuevo gobierno disponía a
partir de Abril de 2009 de un cómodo margen de maniobra política, la crisis
financiera internacional impactaría de pleno la economía ecuatoriana en 2009,
poniendo a prueba la solidez de la nuevamente adoptada filosofía política.
La crisis
financiera llegó tarde a Ecuador, corriente del 2009. Esta se traduciría por
una fuerte caída de las dos principales divisas del país: la exportaciones de
petróleo y las remesas (mayoritariamente desde España y EEUU). Sin su propia
moneda, las opciones del gobierno se veían muy limitadas. A consecuencia de la
dolarización en el 2000, una medida adoptada para limitar la inflación tras la
crisis del 98, ya no podía controlar su moneda para, por ejemplo, abaratar su
producción y relanzar la demanda a través de las exportaciones, ni tampoco
imprimir sucres, la divisa previa al dólar, para comprar deuda del estado y
financiar una política de impulso de la demanda en periodo de crisis. Dadas
estas complicaciones y para cumplir su promesa electoral de usar los recursos
del país para servir a la población y luchar contra la pobreza tendría que
domar el volátil y poderoso sector financiero y superar los efectos de la
crisis internacional y para ello mostrar ingenio y creatividad.
Las
soluciones anti-crisis de emergencia
En primer
lugar la constitución modificó el estatuto del Banco Central de Ecuador,
pasando de ser “independiente” políticamente, una exigencia que ya forma parte
de la ortodoxia neoliberal, y pasó a sumarse al Ejecutivo del Gobierno, bajo la
dirección del nuevo Ministerio Coordinador de la Política Económica y al
servicio de la política económica del Gobierno.
En segundo
lugar y tras esta reforma la prioridad fue garantizar la solvencia y la
seguridad del sistema financiero y así evitar lo ocurrido 10 años antes durante
la crisis del 98 (consecuencia de la crisis del sureste asiático). Se creó un
fondo de liquidez que los bancos mismos financiarían según un baremo creciente.
Un fondo de liquidez es un fondo de rescate, es decir un seguro, que retiene un
pequeño porcentaje sobre sus depósitos ‘obligatorios’ (aquellos que por ley los
bancos no pueden invertir por si queremos sacar dinero de la cuenta, también
llamados ‘coeficiente de caja’) con el fin de evitar mayores pérdidas en el
futuro cuando cundiera el pánico bancario (acá el corralito). Esta ley fue
adoptada en diciembre del 2008 y obligó a que los bancos contribuyeran con el
3% del coeficiente de caja. De ese 3% se pasará progresivamente al 10% en 2017.
Por ahora el fondo dispone ya de más de 1.200 millones de dólares de reservas.
Cabe hacer
resaltar la ingeniosidad de esta acción: la existencia misma del fondo reduce
la probabilidad de un pánico en el futuro - típico en la crisis bancarias - al
transmitir mayor seguridad a los actores del sector financiero, un factor
decisivo en tiempos de crisis y menospreciado en tiempos de prosperidad.
Los
tipos de interés
Tras la
reforma constitucional de 2008, el Banco Central de Ecuador se vio capacitado,
a pesar de no disponer de su propia moneda, para controlar en cierta medida los
tipos de interés y promover las inversiones. Efectivamente, el Banco Central de
Ecuador, que forma parte del Ejecutivo desde la reforma constitucional,
actuaría dentro de sus limitadas opciones para reducir los tipos de intereses.
Y así fue: de un 8.28% en 2007 pasó a 3.85% en 2013.
Cuando
subió la inflación en plena crisis a causa del alza de los productos bases, el
gobierno de Correa no cedió a la tentación de subir los tipos de interés (lo
que nos dicen los manuales de texto clásicos para reducir la inflación) y
mantuvo su política de promoción de la inversión a través de los tipos bajos.
Esta fue una decisión muy acertada por parte de Correa. Quizá en calidad de
economista comprendió que siendo las causas de esa inflación externas, la
subida de la inflación sería temporal y muy breve. Los acontecimientos le
darían razón y pronto la inflación bajaría, del 10% al 6% aprox. Esta decisión
de no aumentar los tipos para frenar la inflación evitó un empeoramiento que
habría causado la subida de los tipos en la demanda y en el paro.
Cómo
controlar los tipos sin controlar la moneda
Cuando
Ecuador adoptó el dólar de EEUU, abandonando el sucre, también abandonó su
soberanía monetaria y perdió dos de sus principales instrumentos de actuación
en situación de recesión económica. Bajo estas condiciones, difícilmente un
gobierno podría actuar en situación de recesión y no ser la victima pasiva de
una crisis internacional. En 2009 llegaría a Ecuador la crisis. Esta se
materializó por una fuerte caída de dos de las principales fuentes de divisas
del país: el petróleo y las remesas del extranjero (principalmente España y
EEUU). Esta caída en la demanda fue comparable a las crisis en España o en
EEUU.
Si la
adopción del dólar en el 2000 había logrado prevenir cierta huída de capitales
a causa del miedo a una devaluación excesiva, típico en situaciones de crisis,
harían falta medidas creativas para prevenir la huída “política” de capitales,
la cual consiste en expatriar los capitales en función de los intereses de los
inversores.
Por esa
razón se creó, en mayo de 2009 el ‘coeficiente de liquidez doméstica’. Este
coeficiente corresponde a la proporción de liquidez que las instituciones del
sistema financiero deben mantener dentro del país. Del 45% en 2009 pasó al 60%
durante el verano del 2012. Esta ley también implica que parte de esos fondos
(3-5%) que se encuentran dentro del país sean invertidos en títulos del Banco
Central u otras instituciones públicas. Adicionalmente, se impuso una tasa del
0.5% sobre la expatriación de capitales. Este porcentaje fue llevado
progresivamente al 5%. Tuvo como consecuencia un incremento muy significativo
en los ingresos del estado, pasando de un 1% de los ingresos del estado al 10%
en la actualidad.
Parte de
esta política también ha consistido en invertir de forma importante en las
infraestructuras del país. Esta política ambiciosa ha necesitado muchos fondos
y tanto los bajos tipos de interés como el coeficiente de liquidez domestica
fueron pilares en su implementación, facilitando la financiación de las grandes
reformas.
Dada la
corta duración de la recesión en Ecuador, -1.3% del PIB en un total de a penas
3 trimestres y una recuperación total al cabo de solo 1.5 años y dado el
crecimiento constante del país en los últimos 6 años se considera que está
siendo una política exitosa.
Protección
de los consumidores y leyes anti-usura
El
gobierno ecuatoriano también impuso medidas destinadas a proteger el consumidor
y usuario de servicios bancarios. Se limitaron las comisiones en los cajeros
automáticos a 0.50 dólares. Se eliminaron las comisiones de mantenimiento de
las cuentas de ahorro, habiendo llegado a la absurda situación donde la gente
de facto pagaba por depositar fondos con los cuales los bancos mismos
financiaban su actividad. También se sometió a la aprobación de las instancias
reguladoras la creación de ciertos productos financieros derivados, algo
impensable que en Europa no llegó a pasar de los discursos a la realidad. Se
reforzaron las leyes anti-usura que permitían que ciertas entidades de crédito
impusieran tipos prohibitivos (hasta el 100% anual en casos de microcréditos).
Este comportamiento por parte de ciertas entidades financieras constituía un
abuso claro. Este comportamiento, llamado “búsqueda de renta”, respondía a
incentivos que las nuevas leyes han intentado eliminar para así fomentar las
actividades financieras en la economía ‘real’, es decir la que crea riquezas.
Hacia
un sistema financiero más cooperativista
La nueva
constitución describe el sistema económico como “mixto” y habla de una
“economía popular y solidaria”. Según el artículo 283 “la economía popular y
solidaria se regulará de acuerdo con la ley e incluirá a los sectores
cooperativistas, asociativos y comunitarios.” El art. 311 es más explícito y
dice lo siguiente: “EI sector financiero popular y solidario se compondrá de
cooperativas de ahorro y crédito, entidades asociativas o solidarias, cajas y
bancos comunales, cajas de ahorro. Las iniciativas de servicios del sector
financiero popular y solidario, y de las micro, pequeñas y medianas unidades
productivas, recibirán un tratamiento diferenciado y preferencial del Estado,
en la medida en que impulsen el desarrollo de la economía popular y solidaria.
”
En los
hechos, esto se ha traducido por una participación más importante de las
entidades cooperativas: si bien el valor de los préstamos por entidades
financieras cooperativas ha aumentado junto con el resto de las entidades privadas,
éstas lo hicieron en mayores proporciones. En 2007 representaban poco más del
11% de los préstamos. A día de hoy, prácticamente uno de cada cinco préstamos
en el sector privado (19.6%) se hace a través de una cooperativa.
Más allá
de las cooperativas, el denominado “sector financiero popular y solidario”,
compuesto no solamente por cooperativas de ahorro y crédito, sino también por
“entidades asociativas o solidarias, cajas y bancos comunales, cajas de ahorro”,
recibe un fuerte apoyo por parte del gobierno. A través del Programa de
Finanzas Populares de 2008 se expandió el volumen de créditos a pequeñas
entidades y cooperativas. En total, el sector financiero popular y solidario
representa casi uno de cada cuatro préstamos y uno de cada seis depósitos.
Compartimentando
el poder del sector financiero
Otras
medidas tuvieron como objetivo - de los más ambiciosos sin duda dado que afecta
directamente a la estructura del poder interno - limitar las participaciones de
las entidades financieras en sectores no financieros, sobretodo en los medios
de comunicación. El art 312 de la nueva constitución (modificada por referéndum
en 2011) prohibió que tanto las entidades financieras como los medios de
comunicación pudieran tener participaciones fuera de sus respectivos sectores
de actividad. En este ámbito los objetivos son más difíciles de alcanzar dada
la resistencia de los grupos conservadores, dominantes en la prensa y la
televisión, y el apoyo por parte de grupos extranjeros.
Con el
objetivo de limitar el poder político y económico de los grandes grupos del
sector financiero, se limitó el tamaño de los grupos limitando el número de
actividades que cada entidad podría llevar a cabo (seguros, inversión de alto
riesgo, banca comercial de depósitos, etc.) y se prohibió que cada grupo
bancario fuera compuesto por más de una banca. Los europeos difícilmente
podemos imaginar comparable situación en nuestros respectivos países donde el
sector financiero goza de un poder inmenso, pero en Ecuador se puede decir que
el nuevo gobierno a ‘domado a la bestia’, aunque queda mucho trabajo para
rehacer la matriz productiva del país.
Conclusión
Aquellos
que estamos siendo sometidos a la doctrina del neoliberalismo -- la cual
consiste en la libertad de los mercados más absoluta, prometiendo así un
crecimiento futuro que al igual la vida tras la muerte, se llega con la fé más
absoluta y sin requerir evidencias -- nos dejamos distraer fácilmente por la hipocresía
de dicha doctrina, la cual consiste en realidad en la desintegración de la
clase media y con un socialismo para los ricos y una estricta disciplina de
mercado para los pobres. Es innegable que en los hechos el neoliberalismo
tiende a ser una farsa de si misma y que poco vemos de la disciplina de mercado
con la que se llenan la boca los defensores, políticos y académicos, de la
dicha doctrina. Pero quizá estemos perdiendo de vista cómo los países ricos
llegaron a serlo y cuanto los españoles podríamos serlos todos. El caso del
Ecuador es una prueba más de cómo un pueblo puede recuperar su soberanía y
emprender el camino de la prosperidad y la democracia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario