EL MUNICIPIO DEL BIEN COMÚN
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bien‐comun.org
Una estrategia de cambio desde abajo:
El 6 de octubre de 2010 se
inició en Viena el proceso de reforma económica de abajo a arriba (bottom-up) conocido
como “Economía del Bien Común”. El movimiento se propone abolir la
contradicción fundamental de valores entre capitalismo, sociedad y naturaleza.
Para conseguir ese objetivo debe producirse el cambio desde un marco jurídico
que incentiva la ganancia financiera y la competitividad hacia otro que aspira
a lograr el bien común y la cooperación, y que medirá el éxito económico futuro
según la producción y el balance del bien común.
La idea se está propagando como
el viento.
A finales de marzo, casi 600
empresas de 14 países apoyaban la iniciativa; aproximadamente otras 250 se sumarán
en 2012al balance del bien común. Más de 30 de campos de energía locales, que
acompañan a las empresas y dan a conocer las ideas, se están diseminando desde
los Alpes hasta Latinoamérica y Nueva York, pasando por España. También en
Vorarlberg se unen a los campos de energía cada vez más empresas y personas
privadas.
Actualmente se está
desarrollando el concepto de Municipio del Bien Común.
Formalmente un municipio puede
convertirse en municipio del bien común mediante una declaración del concejo
municipal elaborada por la Asociación del Bien Común, y puede ser completada
por propias ideas e iniciativas del municipio.
Los elementos básicos de un
municipio del bien común podrían ser los cinco proyectos siguientes:
1. Un municipio del bien común
invita a los empresarios del lugar a realizar el balance del bien común;
éste da a conocer públicamente
al grupo de empresas pioneras y hace visibles sus servicios especiales en favor del bien común, por
ejemplo a través de una celebración anual (“La actividad económica general está al servicio del bien común”,
Artículo 151 de la Constitución del Estado Libre de Baviera). Además, las empresas
pioneras pueden ser promocionadas mediante diversos incentivos, sobre todo en
la contratación y la compra pública. En algunas regiones como el Tirol del Sur
se ha constatado que los asesores de empresa más expertos del lugar acompañan
el proceso de las empresas pioneras y ofrecen, en un mismo paquete, desde las primeras
informaciones sobre la Economía del Bien Común hasta el primer balance
auditado. Los costes de este servicio pueden correr a cargo del municipio. Un
proceso de balance semejante con las empresas locales podría
integrarse también en otros procesos, como por ejemplo, en una LA 21 o en procesos
de desarrollo regional.
“También
en Vorarlberg colaboran cada vez más empresas y personas privadas en campos de
energía
locales”
2. Un municipio del bien común
hace en su propio ámbito administrativo y económico un balance del bien
común, lo publica e invita a municipios
amigos y vecinos a hacer lo mismo. Más adelante el resultado obtenido del balance
del bien común podría tener consecuencias para las ayudas de la Comunidad
Europea destinadas a los municipios y para la compensación financiera. Si un
municipio hace mucho en favor de la gente y de la naturaleza, debe disfrutar de
ciertas ventajas fiscales, en comparación con aquellos municipios que hacen menos
esfuerzos. Actualmente la capital de una provincia austriaca está considerando
la creación de un balance del bien común para la administración municipal. En
Alemania hay dos universidades que consideran la creación de un balance del
bien común.
“El
objetivo no es que un municipio sea “mejor” que otro sino que quiera conseguir
mejoras en aquellos
factores
de calidad de vida que le importan”.
3. El desarrollo participativo
de un “índice del bien común municipal”,
un índice de calidad de vida que
está ubicado en un nivel intermedio entre el producto del bien común (economía)
y el balance del bien común (empresa). A través de procedimientos de
participación ciudadana se podrían determinar los de entre diez a veinte
factores de calidad de vida más importantes. Éstos podrían ser medidos una vez
al año, en parte a través de encuestas que engloben a todos los hogares. A
diferencia del producto del bien común, que debería ser uniforme, al menos a
nivel de la Comunidad Europea, los índices del bien común pueden ser diferentes
de un municipio a otro. El objetivo no es que un municipio sea “mejor” que
otro, sino que quiera conseguir mejoras en aquellos factores de calidad de vida
que le importan.
4. Proyecto de participación
ciudadana para facilitar y promover una “convención económica municipal”.
En ésta los/las ciudadanos/as
fijan unas veinte reglas jurídicas que deben regir la economía. Según una encuesta
realizada por la Fundación Bertelsmann en julio de 2010, el 90 por ciento de
los/las austriacos/as está a favor de un nuevo orden económico. ¿Quién, si no
la propia población podría desarrollar los principios de un orden económico más
humano, más democrático, más social, más ecológico y regional? Normalmente una
convención escribe la Constitución para un ente democrático. En la convención
económica se elabora “sólo” la parte económica de la Constitución - por primera
vez en la historia de la humanidad en un proceso de abajo a arriba (bottom-up).
El “diseño procesal” para la convención económica está siendo elaborado por un
amplio equipo de redactores/as de la sociedad civil. Estará disponible a más
tardar en septiembre de 2012.
5. Organizar una “región del
bien común”.
Varios municipios del bien común
pueden reunirse en su área geográfica - por ejemplo Pinzgau Vintschgau, Allgäu,
Vorarlberg, Thurgau - para formar regiones del bien común. De esta manera, los
municipios pueden aprender juntos y fecundarse mutuamente. Una región del bien
común puede, en cooperación con municipios del bien común, invitar a la
provincia correspondiente a convertirse en una provincia del bien común.
Gran interés internacional por
el concepto de municipio del bien común. Aunque la iniciativa de la economía
del bien común es aún muy joven, ya hay un interés considerable por el concepto
en Austria, Baviera, Tirol del Sur, Suiza y España. A lo mejor alrededor del 6
de octubre, el segundo
aniversario de la puesta en marcha del “Proceso global Economía del Bien Común”, los primeros candidatos a municipio del bien común podrán anunciar (en el marco de la segunda conferencia de prensa internacional sobre el balance del bien común) que para el año 2013 van a convertirse en los primeros municipios del bien común y a poner en práctica uno tras otro los proyectos arriba mencionados.
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