He leído con estupor en un novedoso periódico de Coslada,
Coslada Actualidad, que el Ayuntamiento de Coslada ha participado en la última
edición de FITUR, formando parte del espacio de la Comunidad de Madrid. Según
leo, lo hace porque: “la presencia de Coslada en una Feria de la importancia de
FITUR supone un espaldarazo a los esfuerzos que, desde el Ayuntamiento, se
están poniendo para dar a conocer nuestro municipio y la oferta turística que
ofrecemos”. Llegado a este punto, el estupor, cómo ya he dicho, me invade. Aun
así, continuo con la lectura y al llegar a la última parte mi estupor se
desborda. Viveros ha asegurado: “me causa gran satisfacción ver cómo nuestra
ciudad es reconocida cómo un destino turístico regional gracias a la oferta en
turismo medioambiental, gastronomico o cultural”.
En primer lugar, no voy a entrar en los gastos que haya
podido generar nuestra presencia en FITUR, incluidas las fotos que Viveros se
ha sacado allí, porque seguramente seria meternos en un mar proceloso, oscuro y
siniestro. Tampoco voy a criticar la oferta cultural, aunque las excavadoras
hayan destrozado completamente un yacimiento arqueológico mientras hacían ese
enorme hoyo que, por el momento, es el proyecto Corte Inglés mientras el
Ayuntamiento miraba hacia otro lado. Y que podría decir del archifamoso postre
cosladeño, del que no hay nada que decir. Solo espero que la oferta turístico-gastronomica
sea algo más amplia que un postre o la feria de la tapa o la cuchara.
Igual estoy equivocado: si es así pido humildemente disculpas.
Pero creo que no.
Lo que me ha empujado a escribir ha sido lo de “turismo
medioambiental”, y me hago un par preguntas: ¿qué turismo es ese?, ¿qué oferta
medioambiental puede ofrecer?
Coslada es la ciudad más densamente poblada de la Comunidad
de Madrid: 86.919 habitantes en 12,01 km2. Eso nos da una densidad
de población de 7.237h/km2. Superamos a Madrid en casi 2.000, a
Torrejón de Ardoz en 3.400 y a San Fernando de Henares en 6.000. ¡fantástico! Además,
no solo es la ciudad más densamente poblada de la Comunidad de Madrid, también es
la décima nacional.
Tenemos poco terreno libre: casi todo está edificado. Aun
así, seguimos construyendo cómo Dios manda, que hay mucho dinerito de por medio.
Un ejemplo claro es el barrio del Jarama, en los alrededores del Hospital del
Henares, y próximamente La Barrancosa.
Es cierto que hemos reforestado de pinitos la zona de la
Mama Juanita, pero por ejemplo el parque del Humedal, ha sufrido ya varios
intentos de hacer pasar carreteras por medio. El proyecto que hay para conectar
la M-45 con la carretera de Vicálvaro se come un buen trozo de la parte baja del
parque, la de inundación, que cómo ya no se inunda deben pensar que no pasa
nada. Con la misma carretera, fuera del parque, se cargan el pinar que hay
detrás de los campos de futbol de la calle Puerto de Bilbao.
De los dos arroyos que alimentaban el parque (de ahí el
nombre) y que alimentaban la zona de inundación (la que se quieren cargar),
uno, el que viene desde el recinto ferial está canalizado por el alcantarillado
del barrio del Puerto, y el otro está cortado por la carretera de Vicálvaro y
la vía del tren porque las canalizaciones están cegadas. Las corporaciones del
PP primero, y supongo que del PSOE después (tanto monta, monta tanto) llevan negociando
con Madrid ni se sabe para desatascar la tubería.
Tenemos un trocito de orilla del río Jarama totalmente
abandonado y sucio. La última vez que se actuó allí (se trazaron los caminos,
se pusieron barandillas de madera, etc.) fue con fondos de la Comunidad de
Madrid.
Tenemos un grave problema de contaminación por ozono
troposférico que en gran medida proviene de Madrid, pero aquí no se ha hecho
nada por preparar planes de contingencia: seguramente, porque electoralmente no
interesa.
Eso sí, ahora tenemos huertos ecológicos gratuitos que está
muy bien, y se van a hacer otros en el B.º de la Estación (o se han hecho ya): yo
animaría al alcalde Viveros a hacer más.
Efectivamente, la oferta medioambiental de Coslada es
abrumadoramente atractiva, junto a las ofertas gastronomica y cultural. Cómo ya
he dicho antes, es posible que las masas turísticas acudan enfervorecidas a nuestro
municipio, y yo me alegraré mucho porque son ingresos que siempre vienen bien,
pero me temo que no va a ser así. Una imagen clara de lo que es el turismo en
Coslada es la oficina de turismo que tan pomposamente inauguró el anterior
alcalde Raúl López en un lateral del Margarita Nelken: cerrada, abandonada y
llena de telarañas y polvo. Actualmente en sus cristales todavía se puede ver
rotulado: Oficina de Turismo.
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