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martes, 13 de junio de 2017

¿Moción de censura?



Por una vez y sin que sirva de precedente, la "Reina de Podemos" me ha gustado en general, pero creo que dos horas son excesivas para presentar la moción de censura. Es de agradecer que se haya controlado y que no se haya prodigado con esos gritos mitineros que tanto la deben gustar, puesto que los utiliza. Por cierto, antes de que algún imbécil me salte al cuello, quiero aclarar que el apelativo “Reina de Podemos” se lo ha puesto ella misma al prestarse a aparecer en la portada de Tiempo, y muy complacida por cierto debido a la amplia sonrisa que enarbola. Igualmente, ese mismo grupo de imbéciles me acusara de machista por criticar a una mujer, cómo si no fuera posible que una mujer sea una inútil de la misma manera que lo puede ser un hombre. A esos imbéciles les digo que lo que ellos me digan o piensen de mí “me la bufa” (frase recientemente utilizada por el “Amado Líder”).

En cuanto a este último, el "amado líder"…
Voy a hacer una pausa para explicar esto porque hoy, algún imbécil, estaba interesado en este tema en chat. ¿Por qué le llamo así? Por la actitud de sumisión total de la camarilla que le rodea, que le regala los oídos y lo adula de manera nauseabunda al estilo de Kim Jong-il en Corea del Norte.

Cómo decía, le he visto en general flojo y por un momento he temido que intentara emular al "tío Fidel", seguramente santo de su devoción, en cuanto a la duración, pero gracias a Dios ha concluido a las dos horas cincuenta, más o menos. Pablo pierde mucha frescura cuándo lee los discursos, lo malo es que en muchas ocasiones confunde la tribuna de oradores con el escenario de un acto público y pega un mitin.
Nos ha deleitado con un exhaustivo relato de la historia de la corrupción, indudablemente muy ligada al Partido Popular, y en general ha estado bien, pero cuándo se ha remontado a Primo de Rivera he temido que continuara hasta el duque de Lerma, valido de Felipe III, uno de los más grandes especuladores de la historia.
Las medidas anticorrupción que ha expuesto me parecen bien, pero creo que se han perdido en la maraña histórica igual que la mediadas de gobierno.
Muy poca gente, me refiero a los votantes, se van a tragar las dos horas y pico de Irene y las casi tres horas de Pablo. Y ¿qué van a hacer? Ir a los resúmenes de los medios de comunicación y de la prensa digital, medios entre los que tenemos pocos amigos y que no van a ser favorables.
Rajoy es un tipo que se crece en el cuerpo a cuerpo parlamentario: desgraciadamente, en eso, es bueno. Creo que se ha preparado este debate y algunos medios le dan ganador. Además, no tiene que convencer a todos los españoles, solo tener contentos a sus votantes incondicionales.
Algo parecido le ocurre a Pablo. Sus seguidores están encantados, esa caterva de izquierdistas fundamentalistas, hooligans descerebrados, trepas, estómagos agradecidos y militantes de boquilla. Me temo que es a ellos a los que ha dirigido esta moción de censura, a los que le jalean. El problema es que a diferencia de Rajoy esos incondicionales no coinciden con los cinco millones de votantes que no llevaron a las Cortes. Podemos ha pasado de hacer política de grandes magnitudes, hacer politiquilla de colegas, de los que viven una realidad irreal que les hace errar en sus análisis políticos. Esa tropa cree que las masas españolas claman por la unión de las izquierdas, cuándo la realidad es que les da igual: a los votantes les da igual. Básicamente a los españoles les preocupa el trabajo y ganar el dinero suficiente para pagar su casa y tener un ocio aceptable. Lo demás es añadido y mientras no entendamos esto nos ira mal y de la mano de organizaciones viejunas y casposas cómo el PCE-IU nos ira peor.