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domingo, 12 de octubre de 2014

EL MUNICIPIO DEL BIEN COMÚN (2)


EL MUNICIPIO DEL BIEN COMÚN (2)
economia‐del‐ bien‐comun.org

Una estrategia de cambio desde abajo:
El 6 de octubre de 2010 se inició en Viena el proceso de reforma económica de abajo a arriba (bottom-up) conocido como “Economía del Bien Común”. El movimiento se propone abolir la contradicción fundamental de valores entre capitalismo, sociedad y naturaleza. Para conseguir ese objetivo debe producirse el cambio desde un marco jurídico que incentiva la ganancia financiera y la competitividad hacia otro que aspira a lograr el bien común y la cooperación, y que medirá el éxito económico futuro según la producción y el balance del bien común.

La idea se está propagando como el viento.
A finales de marzo, casi 600 empresas de 14 países apoyaban la iniciativa; aproximadamente otras 250 se sumarán en 2012al balance del bien común. Más de 30 de campos de energía locales, que acompañan a las empresas y dan a conocer las ideas, se están diseminando desde los Alpes hasta Latinoamérica y Nueva York, pasando por España. También en Vorarlberg se unen a los campos de energía cada vez más empresas y personas privadas.

Actualmente se está desarrollando el concepto de Municipio del Bien Común.
Formalmente un municipio puede convertirse en municipio del bien común mediante una declaración del concejo municipal elaborada por la Asociación del Bien Común, y puede ser completada por propias ideas e iniciativas del municipio.

Los elementos básicos de un municipio del bien común podrían ser los cinco proyectos siguientes:

1. Un municipio del bien común invita a los empresarios del lugar a realizar el balance del bien común;
éste da a conocer públicamente al grupo de empresas pioneras y hace visibles sus servicios especiales en favor del bien común, por ejemplo a través de una celebración anual (“La actividad económica general está al servicio del bien común”, Artículo 151 de la Constitución del Estado Libre de Baviera). Además, las empresas pioneras pueden ser promocionadas mediante diversos incentivos, sobre todo en la contratación y la compra pública. En algunas regiones como el Tirol del Sur se ha constatado que los asesores de empresa más expertos del lugar acompañan el proceso de las empresas pioneras y ofrecen, en un mismo paquete, desde las primeras informaciones sobre la Economía del Bien Común hasta el primer balance auditado. Los costes de este servicio pueden correr a cargo del municipio. Un proceso de balance semejante con las empresas locales podría integrarse también en otros procesos, como por ejemplo, en una LA 21 o en procesos de desarrollo regional.
“También en Vorarlberg colaboran cada vez más empresas y personas privadas en campos de energía
locales”

2. Un municipio del bien común hace en su propio ámbito administrativo y económico un balance del bien
común, lo publica e invita a municipios amigos y vecinos a hacer lo mismo. Más adelante el resultado obtenido del balance del bien común podría tener consecuencias para las ayudas de la Comunidad Europea destinadas a los municipios y para la compensación financiera. Si un municipio hace mucho en favor de la gente y de la naturaleza, debe disfrutar de ciertas ventajas fiscales, en comparación con aquellos municipios que hacen menos esfuerzos. Actualmente la capital de una provincia austriaca está considerando la creación de un balance del bien común para la administración municipal. En Alemania hay dos universidades que consideran la creación de un balance del bien común.
“El objetivo no es que un municipio sea “mejor” que otro sino que quiera conseguir mejoras en aquellos
factores de calidad de vida que le importan”.

3. El desarrollo participativo de un “índice del bien común municipal”,
un índice de calidad de vida que está ubicado en un nivel intermedio entre el producto del bien común (economía) y el balance del bien común (empresa). A través de procedimientos de participación ciudadana se podrían determinar los de entre diez a veinte factores de calidad de vida más importantes. Éstos podrían ser medidos una vez al año, en parte a través de encuestas que engloben a todos los hogares. A diferencia del producto del bien común, que debería ser uniforme, al menos a nivel de la Comunidad Europea, los índices del bien común pueden ser diferentes de un municipio a otro. El objetivo no es que un municipio sea “mejor” que otro, sino que quiera conseguir mejoras en aquellos factores de calidad de vida que le importan.

4. Proyecto de participación ciudadana para facilitar y promover una “convención económica municipal”.
En ésta los/las ciudadanos/as fijan unas veinte reglas jurídicas que deben regir la economía. Según una encuesta realizada por la Fundación Bertelsmann en julio de 2010, el 90 por ciento de los/las austriacos/as está a favor de un nuevo orden económico. ¿Quién, si no la propia población podría desarrollar los principios de un orden económico más humano, más democrático, más social, más ecológico y regional? Normalmente una convención escribe la Constitución para un ente democrático. En la convención económica se elabora “sólo” la parte económica de la Constitución - por primera vez en la historia de la humanidad en un proceso de abajo a arriba (bottom-up). El “diseño procesal” para la convención económica está siendo elaborado por un amplio equipo de redactores/as de la sociedad civil. Estará disponible a más tardar en septiembre de 2012.

5. Organizar una “región del bien común”.
Varios municipios del bien común pueden reunirse en su área geográfica - por ejemplo Pinzgau Vintschgau, Allgäu, Vorarlberg, Thurgau - para formar regiones del bien común. De esta manera, los municipios pueden aprender juntos y fecundarse mutuamente. Una región del bien común puede, en cooperación con municipios del bien común, invitar a la provincia correspondiente a convertirse en una provincia del bien común.
Gran interés internacional por el concepto de municipio del bien común. Aunque la iniciativa de la economía del bien común es aún muy joven, ya hay un interés considerable por el concepto en Austria, Baviera, Tirol del Sur, Suiza y España. A lo mejor alrededor del 6 de octubre, el segundo

aniversario de la puesta en marcha del “Proceso global Economía del Bien Común”, los primeros candidatos a municipio del bien común podrán anunciar (en el marco de la segunda conferencia de prensa internacional sobre el balance del bien común) que para el año 2013 van a convertirse en los primeros municipios del bien común y a poner en práctica uno tras otro los proyectos arriba mencionados.

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